viernes, 21 de agosto de 2009

Una iglesia atrincherada en sus templos

Con el sacerdote José Andrés Tamayo

Una iglesia atrincherada

en sus templos

 

La tibia o casi inexistente reacción de las jerarquías de la iglesia católica ante la ruptura del orden constitucional y la violencia desatada por las fuerzas represivas del golpismo ha generado una fuerte polémica. De manera particular, buena parte de la población que se opone al golpe ha criticado al cardenal Oscar Andrés Rodríguez por sus declaraciones contra un eventual regreso del presidente Manuel Zelaya Rosales al país, y por su tácito acuerdo con el gobierno de facto.

 

Para tratar de entender qué papel ha jugado hasta el momento la iglesia católica en esta grave crisis que está viviendo el pueblo hondureño, Sirel dialogó con el padre José Andrés Tamayo,  párroco de Salamá, Olancho, quien lleva años luchando contra la explotación de los bosques, agua y minas en Honduras, y que en los días pasados ha participado, junto a miles de conciudadanos, a la Marcha Nacional de Resistencia Popular contra el golpe de Estado.

 

-¿Cree que la jerarquía católica hondureña ha cometido errores en esta coyuntura tan difícil que está viviendo el país?

-El error de la Conferencia Episcopal de Honduras (CEH) fue haber designado al cardenal Oscar Andrés Rodríguez cómo la única persona que puede tener respuesta y solución ante esta crisis.

 

Cuando el cardenal Rodríguez dio lectura por cadena mediática al comunicado de la Conferencia Episcopal de Honduras (ndr: en el que se apoya abiertamente el golpe de Estado) el problema fue que, además de su contenido, la forma fue la misma utilizada por Micheletti.* Permitió que una cadena mediática nacional golpista utilizara su imagen y su rol en la sociedad para sus fines.

 

Es ahí donde no se le ve una actitud imparcial, sino una clara intención de atacar a una de las partes, en este caso al gobierno del presidente Manuel Zelaya. En vez de platicar con la gente, con "los de abajo", y tratar de entender sus sentimientos ante el golpe, el cardenal se ha alejado y ha preferido, como siempre lo ha hecho, mantenerse aferrado a las opiniones de "los de arriba".

 

-¿Esto es algo que ha caracterizado su conducta también en el pasado?

-Siempre ha sido así, y ante un hecho tan complicado hubiese podido tratar de cambiar su actitud, su mentalidad y comportamiento, pero no lo hizo y después de la lectura del comunicado, ni él ni la CEH tuvieron el valor de volver a hablar públicamente. ¿Por qué no lo hacen? ¿Por qué los obispos no se expresan? Pese a que dentro de la estructura eclesial el cardenal Rodríguez no es su jefe, los obispos no hablan, y lo mismo ocurre con la base, con los sacerdotes que están como amarrados y no han entendido de qué se trata esta lucha.

 

-Sin embargo hay ejemplos de religiosos que no aceptan esta sumisión…

-El único que tuvo el valor de decir lo que opinaba fue el obispo de la Diócesis de Copán, Luis Alfonso Santos, quien dijo claramente que repudia la forma y el estilo con que se impuso el nuevo jefe del Poder Ejecutivo.

Además, la Conferencia de Religiosos de Honduras (CONFEREH) emitió un comunicado, muy sencillo pero muy claro (ndr: en el que rechaza el golpe de Estado y la represión del gobierno de facto), pero el cardenal los calló al decirles que sólo la Conferencia Episcopal está autorizada a hablar.

 

-¿De qué se trata esta lucha que están llevando adelante?

-Aquí se trata de solucionar un problema grave que se ha generado y de ir a una consulta popular para cambiar esta Constitución, y de esa manera terminar con una estructura de poder manipulador. Es un problema del país, y mi papel es estar acá para contribuir a la solución. Lo mismo debería hacer la iglesia católica, pero hasta el momento no actúa, esperando lo que diga el cardenal Rodríguez.

 

-En los días pasados usted dijo que la iglesia católica vive atrincherada en sus templos...

-Aquí se trata de jugarse las cartas con la autoridad, y la mayoría de los sacerdotes tiene miedo a jugárselas, porque tiene miedo por el aspecto económico y por la seguridad personal. En mi caso estoy decidido y listo para lo que venga. Cuando digo que están atrincherados en sus templos quiero decir que es la mejor forma para no exponerse. No miran los problemas ni buscan sus soluciones; para ellos es mejor llenarse la boca con palabras vacías, sin salir a escuchar y a acompañar al pueblo.

 

-¿El pueblo está resentido con el cardenal Rodríguez?

-La gente no se esperaba esta actitud. Con la lectura de esta carta de la CEH,  y con el silencio de los días posteriores al golpe, el mensaje que han enviado al pueblo es que están de acuerdo con lo que sucedió.

 

* El cardenal Rodríguez usó el mismo espacio cedido a Micheletti por los medios afines al golpe, y luego de leer el comunicado se tomó un par de minutos para responsabilizar a Zelaya por la sangre que correría en el país si regresaba.

  

  

 


En Tegucigalpa, Giorgio Trucchi

Rel-UITA

18 de agosto de 2009


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manitas negras
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