El pueblo de la tribu capitalina, aquel estigmatizado por la seña de la supuesta indiferencia con su país, ha salido a la calle, desafiando toda la prudencia -que indicaría que si hay amenazas de muerte (literales, pues el ejercito pasó en carros de sonido amenazando de muerte a quien saliera a la calle) todo indicaría que la gente se quedaría en sus casas... pero no.
El pueblo de la vieja cuidad Vía de Laureles, Col. Kennedy; Col Los Pinos; Col Villanueva; El Reparto; Col el Manchén; Col 21 de Febrero; Col El Pedregal; Barrio El Bosque; Col El Picachito; Col Cerro Grande; Col La cañada; Col Victor F. Ardón; Calpules, La Vega, la Cerro Grande, la Centro America Oeste, El Picachito, Los Jucos, el Morazán y cada vez más pobladores, colonos, gente simple de la calle ha salido de sus casas a luchar casa por casa, hasta controlar sus barrios y echar a la policia y al ejécito de sus lugares, la organización pasa de la espontaneidad a la resistencia sistémica, se acuerpan, se incorporan, se levantan indignadas las voces, los puños, las voluntades convertidas en rabia, en poder popular, en necesidad de cambio más allá del llamado retorno a la constitucionalidad, la lucha es cada vez más fuerte por la asamblea nacional constituyente, al tiempo que la indignación crece al enterarnos que sigue el toque de queda -estado de sitio- que pretende apresarnos en nuestras casas y barrios... el pueblo ha dicho NO, y sale a demostrarlo sin lugar a dudas.
manitas negras
¡nunca se raja!
martes, 22 de septiembre de 2009
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