jueves, 11 de marzo de 2010

La esperanza, en Honduras, está en La Esperanza

La esperanza, en Honduras, está en La Esperanza

Claudia Korol, desde La Esperanza

Dicen que dicen que la esperanza, en Honduras, se encuentra en La Esperanza.

A casi 300 km. de Tegucigalpa, en una población llamada La Esperanza, se encuentra la sede de COPINH (Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras). Allí se están realizando preparativos intensos hacia el II° Encuentro por la Refundación de Honduras, al que llegarán más de 800 militantes de organizaciones indígenas, negras, campesinas, feministas, populares de todo el país; y luchadoras y luchadores de América Latina dispuest@s a ser protagonistas de un debate fundamental para las perspectivas emancipatorias del continente.

Los delegados y delegadas se alojarán colectivamente en distintos recintos, y debatirán sobre los caminos para que la importante experiencia acumulada en las movilizaciones históricas del pueblo hondureño, las luchas anticoloniales de los pueblos originarios, la fuerza libertaria del pueblo garífuna y de los pueblos negros, las movilizaciones populares y antimperialistas -en las que las mujeres han tenido un papel fundamental-, los aprendizajes realizados en la solidaridad con las luchas revolucionarias en el continente, las acciones por el agua, la tierra, por la defensa de los bienes de la naturaleza y los territorios, por salud, educación, trabajo, libertad, y más recientemente en la batalla contra el golpe de estado, puedan abrir camino para pensar una nueva institucionalidad que surja de una Constituyente Popular que refunde la nación hondureña de cara a los intereses realmente populares.

El Primer Encuentro por la Refundación de Honduras se realizó en junio del 2009, apenas unos días antes del golpe de Estado.

En la convocatoria a este segundo encuentro, las organizaciones convocantes expresan: “Honduras nuevamente nos convoca, estamos llamados por ella a levantar nuestras voces y defender nuestras ideas, la más justas, la más puras, las más diversas, las de todas y todos. Nos llama a encontrarnos con nuestras luchas, las de antes, las de siempre, y las que vendrán: la democracia participativa y directa, la soberanía, la autodeterminación, la justicia, la libertad y la dignidad. Nos invita nuevamente a construir nuestras utopías; pensando-nos, encontrando-nos, viendo-nos profundamente iguales y diversos frente a todos los sueños posibles: la construcción del poder popular y su ejercicio, el agua para todas y todos, el respeto a las tierras y territorios, el valor de las culturas ancestrales, la sabiduría de la biodiversidad, el bien común a partir de los derechos fundamentales, la dignidad de la vida plena de las mujeres, el reconocimiento de la fuerza rebelde de la juventud y sus aportes y propuestas, la laicidad del ejercicio político, la necesaria reivindicación de una infancia feliz”. Continua la declaración: “Hermanos y hermanas: la Hora es ahora. Por eso estamos invitados todos y todas a refundar nuestros corazones, nuestras ideas, nuestras luchas, nuestros sueños. Quedan cordialmente invitados e invitadas a debatir, pensar, soñar, proponer y luchar por una Honduras refundada. Refundar es continuar el hilo de nuestra rebeldía, repensando cuáles son nuestras propuestas, compartiéndolas y generando las maneras de lograrlas. Refundar es un camino de transformación que nos lleva a poner fin a las formas de dominación que nos saquean, explotan y oprimen. Del 12 al 15 de marzo las y los caminantes se encontrarán en La Esperanza. Tienen la entusiasta misión de constituir una Asamblea del Pueblo donde converjan todas las ideas y sueños que han esperado siglos. Allí debatirán sobre el futuro compartido, y su palabra se hará una sola y será común a todos y todas. Los pueblos de Honduras ensayarán su Poder Popular Constituyente, por eso deberán traer también la voz de los ausentes, ojalá de manera escrita, para que no se olvide y para que no sea silenciado. Los pueblos encontrarán por el camino a La Esperanza mucha solidaridad, pero deberán llevar tanta o igual solidaridad en su morral de sueños.
“Todo es bienvenido: agua, café, frijoles, cobijas, maíz, arroz, azúcar para ser compartido los días en que la patria nos convoca. No caben en este encuentro de La Esperanza, los esbirros, chepos y chafas, apátridas, corruptos, golpistas de cualquier nacimiento. Los oportunistas, los partidistas arrimados, los mendigos del imperio, asesinos, filibusteros, oligarcas y estafadores, narco-políticos y narco traficantes, paramilitares y para civiles gobernantes. Favor dar aviso que en la puerta de entrada se tomará el peso de conciencia correspondiente.
“Las y los que queremos refundar Honduras tenemos una cita a ciegas con el destino. Serán nuestros hijos e hijas las que verán cosechado el fruto de nuestro encuentro de amor con esta patria inconclusa que aun no termina de nacer. Salud, hermanos y hermanas”.
Firman la declaración el Movimiento Por La Refundación De Honduras, el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, COPINH, el Movimiento Amplio Por La Dignidad y La Justicia, MADJ, y Feministas en Resistencia, FER (organizaciones que son todas miembros del Frente Nacional de Resistencia Popular).
Pasaron ocho meses del Golpe de Estado militar con el que la oligarquía local, apoyada e impulsada por el imperialismo yanqui y las corporaciones trasnacionales, pretendió revertir el proceso popular abierto en el país hermano, que se dirigía a la realización de una Asamblea Nacional Constituyente en el 2010. Además de la democratización de Honduras, estaba en juego, a partir de la integración de Honduras a la ALBA (Alianza Bolivariana de los Pueblos de América), las posibilidades de que este país se sumara a las resistencias antimperialistas que se vienen forjando en América Latina.

En este contexto, la convocatoria de la resistencia hondureña a dar continuidad a ese proceso de movilización, se da cita en las montañas de la Esperanza.

El evento es un hecho fundante no sólo para las fuerzas populares hondureñas. Es un momento decisivo para quienes en América Latina entendemos que el golpe de estado de Honduras, requiere la respuesta enérgica de los pueblos del continente. Se trata de impedir el avance de los procesos de militarización que vienen instalándose en el continente, como respuesta a la iniciativa popular. Se trata de que el Nunca Más, que en los años 70 recorrió nuestros pueblos en la lucha contra la dictadura y contra la impunidad, pueda hoy ser conciencia pueda en marcha para frenar las políticas golpistas, en el lugar del continente en que vuelvan a intentarse. Se trata de crear un imaginario popular latinoamericano que enfrente las políticas de guerra, intervención y control de las poblaciones. Y se trata también de algo mayor: que la refundación de Honduras nos permita pensar-nos también desde Nuestra América, refundar la historia del continente en clave de identidad, de descolonización, de emancipación, escribiendo este tramo de la historia con voz de pueblo.

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